Hace algún tiempo ya de una de las hazañas que más impacto al mundo, más exactamente el 13 de octubre de 1972. Se trata de la tragedia del accidente de los andes.
Muchos lo recuerdan, algunos lo olvidaron, y otros lo saben por las películas que han visto en televisión o el cine.
Se trata del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, conocido popularmente como el milagro de Los Andes, Cuando el avión militar con 40 pasajeros y cinco tripulantes que conducía al equipo de rugby Old Christians, formado por alumnos del colegio uruguayo Stella Maris, se estrelló en la cordillera de Los Andes de Mendoza Argentina, a 3500 msnm, en ruta hacia Santiago de Chile.
El vuelo siempre estuvo acompañado de inestabilidad y retrasos. El mal tiempo les obligó a detenerse en el aeropuerto el Plumerillo, en la ciudad de Mendoza Argentina, donde pasaron la noche. Al día siguiente, el frente persistía, pero debido a la prematura del viaje y hechas las consultas pertinentes, se esperó sólo hasta la tarde, cuando amainaron levemente las condiciones de tormenta.
Las condiciones de los vientos generaron malas interpretaciones de los pilotos, que acompañado de nula visibilidad preparó la desgracia. Suposiciones, malos cálculos y datos erróneos a la torre de control, desencadeno el desastre (el error generó un diferencial de 100 km, de la zona de impacto vs. la zona supuesta de búsqueda).
El pequeño avión, en medio de las nubes, comenzó a descender, directo a los picos de la cordillera. La alarma de colisión dentro de la cabina se activó, lo que alarmó a pasajeros y tripulación. Un gran impacto se escuchó.
De las 45 personas del avión, trece murieron en el accidente y otros cinco, en los días siguientes. Los 27 restantes tuvieron que enfrentarse a duras condiciones ambientales (-25 a -42 C) de supervivencia en las montañas congeladas, en plena época de nevadas. Durante varios días las paridas de rescate intentaron localizar los restos del avión sin éxito.
Muchos de los sobrevivientes habían sufrido diversas lesiones cortantes o moretones y carecían de calzado y ropa adecuada para el frío y la nieve. Se organizaron para resistir las duras condiciones imperantes y afrontar con valentía los hechos.
La mayoría de los sobrevivientes dormían con un par de pantalones, tres o cuatro suéteres, tres pares de calcetines, y algunos se tapaban la cabeza con una camisa para conservar el aliento. Para evitar la hipotermia, en las noches más frías, se daban masajes para reactivar la circulación e intentaban mantener la temperatura corporal en contacto entre sí.
La búsqueda se suspendió ocho días después del accidente. En el undécimo día en la montaña los supervivientes escucharon por una radio de pilas, con consternación, que se había abandonado la búsqueda.
La noche del 29 de octubre, a 16 días ya de la caída, una nueva tragedia se cernió sobre el resto del avión y sus ocupantes. En la noche, un alud de nieve se deslizó y sepultó los restos del avión. Ocho personas murieron asfixiadas bajo la nieve, incluyendo al último pasajero de sexo femenino. A mediados de noviembre, fallecen dos compañeros más, y en diciembre, los últimos dos. Solo sobrevivieron 16 compañeros, dando una gran lección a la humanidad
Fueron 72 días, expuestos, por fuera, a las condiciones más extremas que pueda soportar un ser humano. Pero, por dentro, demostraron lo que fueron capaces:
1. A no perder tiempo, en entender que los momentos de dificultad son para convertirlos en oportunidad, y no dejarlo simplemente a la suerte.
2. En la crisis, la gente que triunfa, solo es aquella que decide hacerlo. Solo los que se mueven, logran avanzar.
3. En los momentos más difíciles, es cuando hay que llenarse de valentía, para tomar verdaderas decisiones.
4. Actuamos, solo basado en lo que sentimos por dentro. El miedo paraliza, y solo afrontando la realidad, lo minimiza.
5. Proyectar un pensamiento optimista, transforma en positivo cualquier revés de la vida.
6. Mientras la vida exista, las probabilidades de lo que sea, solo se darán si te involucras en ese tanto que deseas. Pocas cosas son por casualidad. La causalidad es la respuesta que obtenemos de la vida. Somos nosotros quienes causamos las cosas, que nos pasan.
7. En los momentos más apremiantes de la vida, es cuando nos llenamos de valentía, para tomar las mejores, y más extremas decisiones de la vida.
8. Todos sabemos que algún día vamos a morir. Estos valientes muchachos, están vivos, porque decidieron morir caminando y no esperando. Solo actuando, te pasan las cosas que te mereces.
9. El objetivo nuestro era sobrevivir... todo el instinto, toda la fuerza, la inteligencia, el trabajo en equipo, se puso en un solo objetivo: salir de ahí por nosotros mismos, porque oímos por la radio que nadie nos iba a rescatar. Un sobreviviente una vez expresó: En mi caso sabía que tenía que conservar mis energías hasta el verano (el avión se estrello en octubre, en pleno invierno en el hemisferio sur) porque no podíamos intentar salir de ahí antes por el frío, pues te hundes en la nieve hasta la cintura. Yo decía: si me pongo triste y lloro, voy a perder sal por mis lágrimas. O sea, no puedo permitirme el lujo de perder esa energía.
10. Para finalizar, cito unas palabras textuales de los sobrevivientes (Nando) Aunque las decisiones tomadas democráticamente funcionan, llega un momento en que alguien tiene que liderar, porque no siempre es fácil poner de acuerdo a un grupo de personas sobre la forma de actuar. No siempre el que está apuntado como líder es siempre líder. Cada uno es líder por sus acciones, y allí, con el tiempo, los líderes fueron cambiando por sus acciones. Nadie dijo tu vas a ser el líder y nos vas a mandar, sino que hubo tres o cuatro que lideraron aquello, y eran personas normales que hicieron acciones extraordinarias en circunstancias difíciles. Fuimos todos solidarios, poco egoístas, que es muy importante. Nunca fuimos tan buenos trabajando en equipo como en Los Andes.
Ramón Sabella, sobreviviente de Los Andes, una vez dijo: cada uno de nosotros lleva su propia cordillera. Tomemos este ejemplo, como una guía, a todas esas cosas, que alguna vez, nos pueda pasar en la vida...
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